viernes, 17 de agosto de 2012

I have a RIGHT

Dia lluvioso en Buenos Aires, gris, muy gris. pero no mas que los demas dias donde nuestros ojos ven tantas cosas que empañan la mirada mientras golpean el corazon.

Si habia algo para completar un dia melancolico como suelen ser los dias de agosto, fue lo que pude ver hoy mientras volvia de la jungla de cemento hacia mi refugio. Para aquellos que no conocen buenos aires, pues no comprenderan lo que es caminar por plaza constitucion, terminal de trenes hacia el sur de la provincia. Ver todo al rededor tanta pobresa, tanta desolacion en la cara de la gente, demasiada ignorancia.

Pero la gente que usualmente va hasta ahi, ya no ve, no tiene la capasidad de observar lo que representa a lo mas denigrante de la humanidad. Familias enteras durmiendo en los rincones, otros tantos por los malos pasos que la poca educacion lleva.

Pero de todo aquellos, que diariamente queda en evidencia, hoy hubo algo que logro llenarme los ojos de lagrimas: Mientras el tren del anden 2 rumbo a Banfield corrian entre las gotas furicas que desde el cielo caian, un pequeño niño, de alrededor de 8 o 9 años, se paro delante mio, con muchas revistas de princesas y ben 1O con stickers, saco de su bolsillo dinero, y se puso a acomodarlo, claro estaba que aquellas revistas, mcuhas y de diversos colores no eran de el, sino que las estaba vendiendo. No estaba mal vestido, tampoco sucio, sino un niño que estaba trabajando, tratando de ganarse dignamente el pan para llevar a su hogar de vaya a saber cuantos habitantes. No es la primera criatura que se ve trabajando, muchos aun peor mendigando, pero no fue verlo con tanta honra ganarse la comida, sino lo que sucedio despues. 
En diagonal mio, en el asciento del lado de la puerta, hiban dos chicos, mas o menos de la misma edad que este nene, y enfrente lo que se podia llegar a apreciar su mama, los tres hiban jugando al PezcaMaggic, y tenian otro juego en la mano, los tres reian y charlaban mientras intentaban atrapar los pescaditos con el iman de la punta de la cañita de plastico. Fue ahi donde sucedio, El se acerco, lentamente y paso varios minutos con añoranza en sus ojos, viendo y casi contemplando como un hanelo aquello que esa pequeña familia estaba haciendo. Miraba como ellos jugaban y reian, no dijo nada, solo miro por varios minutos. Y entonces fue cuando el sentimiento me sobrepaso.

Acaso ese nene, no tenia el mismo derecho que el resto de poder disfrutar de un juego, de las risas, de la despreocupacion que la infancia requiere. Entonces pense en mi hija, y las cosas que los grandes somos capases de hacer para que nuestros niños tengan de una manera u otra la infancia preciada. para que cuando lleguen a nuestra edad vean para atras y rian de las travesuras y los juegos. Pero de ese nene por ejemplo quien se ocupa, quien le brinda la libertad de imaginar ser un SuperHeroe mientras vuela con la capa colgada de los hombros?

Los niños tiene el derecho de jugar, y sonreir, e imaginar. de ser amados, de ser escuchados, de poder hablar con libertad. 
Deberiamos procurar por todos ellos, porque cuando ellos crescan seran los que nos cuiden. 
No hay manera segura ni plan que salga de mi mente para poder solucionarlo, no he sido dotada para ello. Pero si puedo decir, a viva vos que si la gente tiene aun un poquito de corazon deberia dar solucion.

(...)"I have the special right to grow up and to
Develop physical and spiritually in healthy
And normal way, free and with dignity.
have the right to love and understanding
My parents have special responsibilities
For my education and guidance.
I should be taught peace, understanding,
Tolerance and friendship among all peaple."
So, give me the gift to hear, to see, to love,
The freedom to choose the things I feel
To be right for the world you'll leave me, give something...
Give me the right to be heard
To be seen, to be loved, to be free
To be everything I need, to be me,
To be safe, to believe...
In something(...) I have a Right (Sonata Arctica, Stones grow her name)

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