viernes, 26 de octubre de 2012

Journey


Mis cordones se desataron y no me di cuenta. seguí caminando, así, rápido como siempre, apurada por todo, como si el camino bajo mis pies se fuera derrumbando.
Una piedra se cruzo en mi camino, sin pensarlo, como todo lo que hago, la salte, pero la secuela fue clara. el motivo de mi caída lo llevaba cargando en las espaldas, al igual que mi bolso, pesado, lleno de mi, el que me acompaña donde sea. 
No fue la torpeza o la inexperiencia del salto, sino aquel pequeño suceso que desapercibido había pasado.
El golpe no hizo ruido, al igual que mi voz cuando grito en mis adentros. Pero sus consecuencias dejaron las marcas profundas del aprendizaje.
Y tu me preguntas ahora, porque continuas usando zapatillas acordonadas? pues, te diré, por el mismo motivo que no puedo caminar despacio, ni abandonar el peso de mi bolso o la tentacion de desafiar a las rocas que se me cruzan. 
Niego la afirmasion de no haber aprendido. Sí, camino veloz, pero trato, desde aquella vez, llevar solo el peso que puedo cargar, de mirar el suelo para evitar las gritas y asegurar de apretar bien el nudo de mis agujetas para emprender el camino diario.
No me asegura que no volveré a caer, hay costumbres que son dificiles de cambiar, aburrido seria el camino recto sin obstaculos, y lo que espera allí delante, no lo puedo adgurar, pero, no seran los cordones los que causen la perdida del equilibrio y  quizás, pueda anteponer mis manos, para evitar las heridas.
                                       Wildy Bee Ghon (is back)

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